Cuando la mercadotecnia y la medicina chocan
El aumento en el precio alto de un popular medicamento ha provocado una respuesta en los pacientes y el congreso.
DEL EDITOR
Rita Peters
El aumento en el precio alto de un popular medicamento ha provocado una respuesta en los pacientes y el congreso.
La escasez de medicamentos puede ser causada por problemas de fabricación y de calidad, instalaciones anticuadas, resistencia por las compañías farmacéuticas para actualizar las operaciones, problemas de suministro de materiales, problemas de abastecimiento de materia prima, acciones regulatorias, presiones de precios, y decisiones de negocio para no hacer productos que no son rentables. La subida de precio estrepitoso de algunos medicamentos, provocó la aparición de otro tipo de escasez de medicamentos para los pacientes individuales: la falta de accesibilidad a los medicamentos de elección que pueden salvar vidas.
Para los productos de consumo, el comprador tiene la posibilidad de elegir lo que van a comprar y a qué precio. Cuando una nueva tecnología, tal como un dispositivo electrónico se introduce en el mercado, el costo es alto. Los primeros consumidores pueden tomar la decisión de pagar premium para ser los primeros en tener el último gadget, sólo para ver como los precios caen mientras la tecnología es más ampliamente utilizada y más competidores entran en el mercado. Del mismo modo, los consumidores conducen los mercados mediante la compra cuando el precio es correcto, y no compran cuando el precio es demasiado alto. Cuando las tasas de interés son bajas, aumenta la compra de una casa. Cuando las tasas suben, las ventas se estancan.
En estos ejemplos, los consumidores ejercieron su poder de compra para influir en el precio del producto. Los negocios de ajustarón para satisfacer la demanda de los consumidores. Sin embargo, cuando un producto farmacéutico se encuentra en escasez o es controlado por un productor, los pacientes pierden su poder de compra.
El EpiPen domina el mercado gracias a un marketing agresivo
Mylan se encuentra actualmente en el centro de una tormenta mediática que crece con respecto al costo de su EpiPen, un autoinyector que dispensa dosis de epinefrina. La compañía aumentó el precio del producto 460% entre 2007 y 2015. Durante el mismo tiempo, el precio de las acciones de la empresa se triplicó, y la compensación del CEO Heather Bresch aumentó 671% (1). Una receta para un paquete de dos plumas de EpiPens ahora corre alrededor de $ 350; los pacientes se quejan y el Congreso solicita que la Comisión Federal de Comercio investigue.
La compañía experimentó un dominio del mercado gracias a una campaña de marketing agresiva que tenía como objetivo a los padres de niños con alergias mortales, según un análisis realizado por Bloomberg. Las ventas anuales crecieron de $ 200 millones en 2007 a más de $ 1 mil millones en 2015 (2). El predominio solidificó cuando Sanofi retiró su inyector Auvi-Q en octubre de 2015, debido a problemas en la liberación de las dosis.
Mylan explicó su posición en su página web (3), citando un panorama cambiante en las aseguradoras y señaló que los programas de asistencia de la compañía ofrecen ayuda financiera limitada a los pacientes.