Contáctanos Síguenos
Suscríbete
Volumen 17, número 3
Ene / Feb 2020 . vol. 17 / núm. 3

Evitando el mal sabor

La palatabilidad es crucial para el apego y el cumplimiento con tratamientos de fármacos orales.

Por Felicity Thomas

FORMULACIÓN



Felicity Thomas

La palatabilidad es crucial para el apego y el cumplimiento con tratamientos de fármacos orales.

E
vitar productos farmacéuticos terminados de mal sabor o sabor amargo es ampliamente aceptado como una forma de mejorar el apego del paciente y el cumplimiento con un régimen terapéutico, particularmente cuando se tienen en cuenta poblaciones pediátricas y geriátricas. Sin embargo, muchos API en desarrollo se clasifican como compuestos amargos.

Profundizando sobre este punto, Krizia M. Karry, gerente de mercadotecnia técnica global en BASF Pharma Solutions, destaca un estudio de Dagan-Wiener et al. el cual reveló que dos tercios de los fármacos clínicos y experimentales actuales se clasificaron como amargos (1). "Se ha demostrado que la aversión a la amargura, o la palatabilidad del producto en general afecta la finalización del tratamiento,” dice ella. “Por ejemplo, en 2007 la tasa promedio de finalización del tratamiento de pacientes pediátricos fue solo del 58% y la palatabilidad y la formulación se atribuyeron como factores coadyuvantes principales. Hasta el día de hoy, esto no ha cambiado.”

Mostrándose de acuerdo, David Tisi, director de operaciones en Senopsys, agrega que, además de la amargura, muchos principios activos tienen otros atributos sensoriales indeseables, como el olor o la irritación del trigémino. "Además, se sabe que los excipientes utilizados para aumentar la solubilidad del fármaco o para su conservación crean o exacerban el desafío de disimulación del sabor,” señala.

Comprendiendo los desafíos
Hace 40 años, O’Mahony et al. realizaron una serie de experimentos evaluando la percepción del sabor amargo o agrio (2). En los experimentos, se determinó que existe confusión entre los sabores agrio y amargo en la población general. Para Tisi, las dificultades para determinar cómo un paciente percibe el sabor de un ingrediente es un desafío importante que el formulador debe superar. "Los voluntarios sanos no entrenados a menudo describen los fármacos con sabor "malo" o "desagradable,” lo cual no es muy útil ya que no hay un ingrediente "bueno" o "delicioso" disponible para mejorar la palatabilidad,” dice.

Crea una cuenta o inicia sesión para leer todo el contenido, ¡es gratis!