Tener olfato para las vacunas
La vía de administración intranasal se muestra prometedora desde el punto de vista clínico, particularmente para COVID-19, pero existen múltiples obstáculos que superar para asegurar una formulación exitosa.
DESARROLLO
Felicity Thomas
La vía de administración intranasal se muestra prometedora desde el punto de vista clínico, particularmente para COVID-19, pero existen múltiples obstáculos que superar para asegurar una formulación exitosa.
La pandemia de SARS-CoV-2, que comenzó a fines de 2019, ha demostrado cuán devastadoras pueden ser las nuevas infecciones para la población mundial. En respuesta a la amenaza infecciosa planteada por el nuevo coronavirus, la industria farmacéutica se unió y logró desarrollar vacunas parenterales efectivas en tiempo récord. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 también ha puesto de relieve los desafíos de desarrollo y distribución asociados con los programas de vacunación masiva, así como las dificultades para garantizar el acceso equitativo a las vacunas, un desafío particular para los países de bajos ingresos.
Justificación detrás de una vía de las mucosas
Los patógenos de las mucosas, como el SARSCoV-2, son una de las principales causas de enfermedades infecciosas en todo el mundo, y la vía de vacunación de las mucosas ha sido de interés durante algún tiempo, principalmente debido a la inducción de la respuesta inmune que se puede lograr con esta forma de administración (1).
Aunque existen numerosas rutas disponibles para la vacunación de las mucosas, las vías más comúnmente empleadas son a través de la boca y la nariz. Sin embargo, el número de formulaciones de vacunas autorizadas de las mucosas es limitado y las formulaciones disponibles tienden a utilizar cepas atenuadas de bacterias o virus patógenos, que conllevan riesgos específicos tales como la reactogenicidad y la reversión del patógeno a una forma virulenta tras la vacunación (1).
Sin embargo, las vacunas de las mucosas proporcionan una fuerte respuesta inmunitaria en los pacientes, tanto en las mucosas como en la circulación sistémica (2). Además, este tipo de vacunas también ofrece beneficios de costo y administración con respecto a las formas inyectables tradicionales (2).
Formulaciones para vacunas intranasales
Las vacunas administradas por vía nasal son ampliamente aceptadas y de fácil acceso y, según se informa, han logrado una mejor biodisponibilidad sistémica y protección contra enzimas gástricas en comparación con vacunas administradas por vía oral o parenteral (3). Sin embargo, existen múltiples obstáculos que pueden obstaculizar el desarrollo de vacunas nasales.
Los desafíos para la formulación de vacunas nasales incluyen, entre otros, tamaño de la dosis requerida, eficacia limitada de la vacuna debido al aclaramiento mucociliar, necesidad de adyuvantes para mejorar la inmunogenicidad, volumen de administración restringido en la cavidad nasal y mecanismos humanos normales de defensa (3). Según la opinión de los expertos, la incorporación de adyuvantes eficaces que puedan desencadenar respuestas inmunitarias tanto mucosas como sistémicas es necesaria para la administración no invasiva de vacunas, y se requiere una comprensión más amplia de la inmunidad de las mucosas (4).