Retos de la política de salud para la administración de Obama
La Casa Blanca y el Congreso probablemente luchen por el financiamiento para la regulación bio/farmacéutica.
VIGILANCIA REGULATORIA
Jill Wechsler
La Casa Blanca y el Congreso probablemente luchen por el financiamiento para la regulación bio/farmacéutica.
La calma después de la candente batalla por las elecciones este año ha sido breve debido a la presión en los legisladores para abordar los abrumadores problemas del presupuesto. Con los republicanos manteniendo un estrecho control sobre la Cámara de los Representantes, pero perdiendo el piso en el Senado, mucho depende de la capacidad del Presidente Obama para construir alguna clase de “arreglo” para el déficit enorme durante el fin de año “incapacitado” de la sesión del Congreso. La política de salud fue un punto clave de la disputa durante la campaña de elección, marcada por promesas de mejor cobertura y predicciones de aumento de costos por ambos candidatos. Ahora, los recortes programados y los incrementos significativos de impuestos se espera que jueguen un gran papel en la elaboración del programa de reformas.
La victoria de Obama terminó con las posibilidades de revocación absoluta del Acta de Asistencia Asequible (ACA). Los Republicanos continuarán desafiando varios requerimientos de la legislación de salud, pero las provisiones clave para las compañías farmacéuticas, tales como los descuentos en fármacos para mayores en el hueco de cobertura de la Parte D y la autorización para biosimilares, es poco probable que cambien.
Más ampliamente, la prometida expansión de la cobertura para algo así como 30 millones estadounidenses previamente no asegurados seguirá caminando, aunque con los consumidores pagando aumento de las primas y costos compartidos para cubrir los costos siempre a la alza, de la salud. Eso prepara el escenario para un crecimiento significativo en el mercado para los fármacos de marca. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) está trabajando fuerte para cumplir una serie de plazos y marcos de tiempo para establecer intercambios, definir beneficios y expandir el Medicaid, mucho de lo cual involucra estados que han sido reluctantes a comprometerse con estos nuevos programas en un período de incertidumbre política.
Recortes de gastos por delante
La nube negra que se cierne sobre todos estos programas es el “precipicio fiscal” de fin de año, con cerca de $500,000 mdd en incrementos de impuesto y recortes de gasto programados para empezar el 1º de enero de 2013 a menos que el Congreso actúe. Los ejecutivos en las compañías biofarmacéuticas están vigilando muy de cerca cómo los impuestos y las propuestas de presupuesto afectarán las tasas de impuestos corporativos y la inversión, así como el financiamiento específico para la FDA, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y otras actividades importantes para la innovación biomédica y la cobertura de salud.
Todas las partes reconocen la necesidad crucial de reducir los desembolsos tanto públicos como privados para la salud en EEUU, y los precios de los fármacos y el reembolso son un blanco principal, particularmente relacionado con los desembolsos para los programas de salud del gobierno federal y el Medicare Parte D. Los Demócratas han presionado por descuentos adicionales en fármacos adquiridos por los planes de fármacos de Medicare para mayores de bajos ingresos “doblemente elegibles”, lo cual podría totalizar más de $100 mdd durante 10 años. También hay propuestas de presupuesto sobre la mesa para reducir el gasto federal en fármacos para empleados del gobierno federal, así como para otros programas de salud del gobierno.